El león y el ratoncito
Texto e ilustraciones de Paula Sesar López
Un día en la sabana, había un león muy hambriento que hacía mucho tiempo que no comía porque los leones no saben cazar al ser tan corpulentos y pesados. Como tenía tanta hambre, decidió atrapar un topo, un ratoncito, o un facocero. Mira tú la suerte que tuvo aquel león que encontró a un pequeño ratoncito, estaba cansado y desorientado por el calor que hacía.
El león, muy sigiloso, fue acercándose cada vez más lento y más callado, el ratoncito presentía que le acechaban pero pensó por el calor que eran imaginaciones suyas así que siguió por su camino. Después se puso aún más nervioso entonces se dio la vuelta. El león se quedó lo más quieto posible pero una pequeña brisa delató el pelaje del león, entonces el ratoncito salió a toda pastilla de allí.
El león lo persiguió y persiguió hasta que el ratoncito se frenó en seco pero el león no fue capaz de frenar,salió disparado, pisó justo al lado de un árbol y se soltó una trampa. El león, amarrado por una cuerda, forcejeaba para soltarse.
El ratoncito aunque estaba enfadado por haberlo perseguido le ofreció su ayuda, pero el león era muy orgulloso y se negó.
Después de escuchar las voces de los
cazadores le pidió auxilio rápidamente
(y el ratoncito le dijo)
-Te ayudaré si prometes no volver a perseguirme.
-Si, te lo prometo pero...¡SACAME DE AQUI! -le dijo el
león
El ratoncito le subió por la pata hasta la cuerda , la
mordisqueó y la rompió .
Fin
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